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¿Pobreton y circunspecto?

Sois filósofo?

Diog. No;

Mas, que quisiera serlo.

Chic. Pues en tanto que llegamos,

Decidme, asi os guarde el cielo,

¿ Cómo, cuando estas campañas Están con tantos diversos Aplausos de paz y guerra Cubiertas, vos , acudiendo Á tan civil ejercicio,

Vais penetrando lo espeso Destos montes, apartado De tanto heroico comercio,

Sin que la curiosidad Os lleve siquiera á verlo ?

Diog. Pues qué hay que ver?

Chic. Qué hay que ver?

Cuando no fuera el inmenso Aparato, con que vuelve Coronado de trofeos Un ejército, triunfante De toda Persia, trayendo Prisioneras á las hijas De Dario, su supremo Rey, que, puesto en fuga, él solo Escapó la vida huyendo ;

Cuando no fuera el aplauso,

Con que le recibe el pueblo En estas montañas, donde *

Ha de alojar este invierno,

¿El ver no mas á Alejandro No bastaba? á cuyo esfuerzo,

Como esas canciones dicen,

Viene todo el mundo estrecho.

El y mus. Pues todo el mundo es línea de su imperio Viog. Necio te llamé una vez,

Y ahora á llamártelo vuelvo.

¿Alejandro es mas que un hombre,

Tan vanamente soberbio,

Que llora, que hay solo un mundo,

Para verle á sus pies puesto?

¿Pues por qué me he de mover A verle, cuando mi afecto Mas fuera, si fuera un hombre Tan sabio, prudente y cuerdo,

Que llorara, que no había Otros muchos mundos nuevos Solo para despreciarlos Mas, que para poseerlos?

Pero esta filosofía

No es para, á lo que infiero

De tu trage y tus razones.

Chic. Por qué?

Viog. Porque al culto atento

Dese humano Dios, aplaudes Su ambición, no conociendo,

Que con cuanto puede, no Puede enmendar un defecto,

Con que, para desengaño De lo poco que es su imperio,

Le dio la naturaleza En los ojos.

Chic. Yo confieso,

Que atravesados es grande La fealdad, que tiene en ellos;

Mayormente encarnizado

Y lagrimoso el izquierdo,

Sobre cuyo hombro derriba La cabeza, quizá el peso

Del laurel. ¿Pero qué importa Ser horroroso su aspecto,

Si no le pasan al alma Imperfecciones del cuerpo?

Viog.

Chic. Diog.

Chic.

Chic. Diog. j Chic. Diog;.

i Chic.

; mas debiera sin ellas Pasar al conocimiento De que es todo su poder Caduco y perecedero,

Pues con cuanto puede, no Puede enmendarse á mesmo.

Y dejando para otra Ocasión el argumento,

Que no acaso este principio Quizá á mejor fin asiento,

Aquesta es la fuente. Toma;

Este vaso es cuanto puedo Ofrecerte.

Para qué?

Para que bebas, cogiendo Eli agua con mas descanso.

Mano con que beber tengo.

Mi señora Doña Clara,

Cuyo corriente despejo Entre esotras flores viene Buscando la flor del berro,

En forma de besamanos,

Como suelen desde lejos Los que afectan cortesía,

Á usted saludo, y protesto La nulidad de la fuerza,

Que la sed me hace; advirtiendo,

Que no sirva de ejemplar Para otra vez.

á un lado del tablado , donde habrá entre agua , y bebe con la mano.

Qué es aquello ?

Con la mano al labio sirve El cristal. Al fin es cierto,

Que no hay loco de quien algo No pueda aprender el cuerdo;

Pues si la naturaleza

Me dio mas noble instrumento,

Que el deste barro , de quien

Servirme pueda, no quiero

Ofenderla mas , pues basta

Eli agravio, que la he hecho

En no saberlo hasta ahora. [Quiebra el bal 1 *

Yo he bebido. Mas qué es eso?

Romper ese inútil barro.

Pues por qué?

Porque no tengo De tener nada, que sea Para la vida superlluo.

Si puedo vivir sin él,

Ya que de tu sed lo aprendo,

¿Para qué le quiero yo?

¿ De suerte, que de provecho No es lo que no es tan forzoso,

Que no se viva sin ello?

Claro está; pues para sola Una vida que tenemos,

Cuanto en ella está de mas,

Elstá en el juicio de menos;

Y ya que de enseñado Hoy en una parte quedo,

Vélo en otra de,

Considerando, advirtiendo,

Qué caso hará de Alejandro,

Ni de todos sus anhelos,

Sus aplausos, sus victorias,

Sus conquistas y trofeos,

Quien se embaraza con solo Un tosco vaso grosero,

El dia que llega á ver,

Que no tenerle es lo mesmo Que tenerle. Y porque mas Se esmere el conocimiento Desta verdad, di á Alejandro,

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